martes, 22 de marzo de 2016

¿Utilizan los Hermanos Mayores su cargo para la promoción personal?

NO. Estoy convencido que no. No tiene sentido en los tiempos que estamos que un cargo de esta índole vocacional, sirva para promoción personal. Diría que incluso, puede significar un factorización negativa para la carrera profesional de un cofrade, al ser tachado, erróneamente y en sentido despectivo, como “capillita” o “beato”, “meapilas”. Ahora bien, lo que no es normal, que un hermano/a mayor no sea sociable y tenga un alto grado de socialización dentro y fuera de la Cofradía, dando testimonio de su oficio pastoral, tanto en su vida profesional, doméstica como social, lo que le permitirá, sí es así, estar presente por su loable y plausible trabajo en el candelero, pero por su buen hacer, no tanto, por ambicionar otro tipo de carismas. Además, me alegro con gratitud cristiana, que muchos cofrades estén en la vida pública, ya que aportan su experiencia pastoral en la gestión de los intereses generales y sociales de una sociedad, que en poco difieren del sentir vocacional de servicio al ámbito cofrade. Al contrario, son muchos, los que tras su paso por la vida pública, se incorporan con ilusión al concierto cofrade para seguir alimentando su vida personal con el Espíritu Santo.
 
Entre quienes no conoce de cerca el mundo de las Cofradías, se extiende la crítica de que los Hermanos Mayores se perpetúan y utilizan su cargo como escala para ascender socialmente o para promocionarse profesionalmente o incluso políticamente. Que son personas ambiciosas con pocos estudios y profesión poco relevante que jamás se verían en otra: por el Paseo en comitiva  portando vara de oro junto a Obispos, Vicarios, Clérigos, Alcaldes, Concejales, Generales y demás gobernantes; acaparando portadas en prensa o de contertulios en programas de radio o televisión o soltando pregones ante Iglesias o auditorios repletos, buscando un reconocimiento y una posición social que de otro modo les resultaría casi imposible. Pero lo que ignoran estas lenguas envenenadas es que los Hermanos Mayores y los Vocales de sus Juntas de Gobierno dedican muchísimas horas a la Cofradía de forma absolutamente altruista y desinteresada, sin recibir ninguna contraprestación económica, incluso aportando dinero, restando dedicación a sus familias, a sus quehaceres, a su vida personal, siendo a veces también cuestionados por los suyos con críticas feroces e injustificadas y sin recibir nada a cambio, tan solo la satisfacción personal de haber puesto todo su empeño en el trabajo bien hecho.

Rafael Leopoldo Aguilera- Ginés Valera Escobar



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