jueves, 24 de marzo de 2016

El añorado Vía Crucis de Jesús de la Pobreza

        
Pocos años después de concluida la Guerra Civil, hacia 1947 había dos Vis Crucis penitenciales  multitudinarios en la Semana Santa almeriense: el Jueves Santo lo hacía Nuestro Padre Jesús de la Pobreza  y como siempre salía el Cristo de la Escucha el Viernes Santo. 


Siendo Obispo de Almería Diego Ventaja, en plena República y antes de que se suprimieran las procesiones en nuestra ciudad, se constituyó en 1935 la Archicofradía de la Hora Santa, que encargó el titular cristífero al imaginero granadino Eduardo Espinosa Cuadros, autor también del misterio del Descendimiento de la Cofradía del Silencio.

Se trata de una imagen para vestir que permanece aún expuesta  al culto en la Iglesia de Las Claras. Un curioso Cristo articulado en sus brazos y rodillas que bien escenificaba la oración en el huerto de los olivos con un cáliz sobre roca o se convertía en un nazareno con cruz al hombro, corona de espinas y tres potencias relucientes. Era portado sobre unas humildes andas, con faroles y pequeñas jarras, por 12 hombres con sencilla túnica morada y faraona cubriendo sus cabezas. La multitud de fieles y devotos que acompañaban lo hacían con total recogimiento, sobriedad y sin ninguna ostentación externa y paraban a rezar las Estaciones en unos monolitos de mármol con cruces de madera inscrustadas. 
           
Como nos describen Rafael Rodríguez Puente y Rafael Leopoldo Aguilera, el cortejo procesional madrugaba y a las cinco de la mañana efectuaba su salida de la Iglesia Conventual de Las Claras para proseguir  por las calles Jovellanos, Marín, Hernán Cortés, Plaza Flores, General Rada, Avenida del Generalísimo, Puerta de Purchena, Alejandro Salazar, Plaza del Carmen, Antonio Vico hasta el Cerro de San Cristóbal, a modo de Monte Calvario, al encuentro con el Sagrado Corazón de Jesús.

En 1930 fue bendecida en el Cerro de San Cristóbal la estatua  dedicada al Corazón de Jesús, obra en mármol blanco de Macael del escultor José Navas Parejo sobre una monumental base capilla con relieves, con el escudo de Almería.  Los jóvenes de Acción Católica fueron incapaces de contener a una muchedumbre incontrolada y al poco del alzamiento nacional fue dinamitado el conjunto monumental en 1936 a sí como una Capilla que allí existía. Tras la Guerra Civil,  el Arquitecto Guillermo Langle Rubio (1895-1981) diseñó una estructura piramidal cerrada con visera trasera cubriendo un altar (ya desaparecida) y  el polifacético Jesús Pérez de Perceval del Moral, (Almería, 1915-1985) restauró la escultura a partir de los fragmentos que se conservaron intactos  y  talladas las piezas rotas.  El día 28 de abril de 1946, domingo in albis, don Enrique Delgado Gómez, entonces Obispo de Almería,  bendecía el nuevo monumento.

Al alba descendía ya del Cerro de San Cristóbal la marea de mujeres enlutadas serpenteando por las Calles Antonio Vico, Plaza del Carmen, Alejandro Salazar y Las Tiendas, con entrada al templo de Las Claras. Hace años que por la Agrupación de Hermandades y Cofradías se propuso a los últimos sobrevivientes de la Archicofradía de la Hora Santa disuelta en 1967 recuperar la tan arraigada tradición y éste añorado Vía Crucis, cita de peregrinación obligada y enorme devoción, pero Ángel del Rey, Capulino y los demás no facilitaron que Nuestro Padre Jesús de La Pobreza volviera a procesionar por las calles almerienses, para regocijo de creyentes.


Ginés Valera Escobar
Hermano de la Santa Cena

Publicado en el DIARIO DE ALMERÍA 24.03.2016
           








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