sábado, 22 de abril de 2023

EL CARMEN SE PREPARA PARA LAS CRUCES DE MAYO

 

Próxima la celebración de las Cruces de Mayo en la ciudad, la Hermandad del Carmen trabaja para tener todo preparado para el próximo 28 de abril, día en el que se abrirá la Cruz en la casa hermandad, sita en la calle Murcia, 62.


Pásate a ver nuestra cruz, a disfrutar de un buen ambiente de hermandad con tapas caseras tradicionales, buena música y de la mejor compañía.


Serán varios días en los que poder compartir buenos momentos celebrando la fiesta de las Cruces de Mayo en nuestra cruz. Comparte imágenes y vídeos por RRSS etiquetando a la Hermandad y utiliza #ElCarmenEnCruces 

sábado, 15 de abril de 2023

EVANGELIO II DOMINGO DE PASCUA

 DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

JUAN 20, 19 - 31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

SEÑOR, estando tus discípulos escondidos por temor a los perseguidores de tu Evangelio, te apareciste a ellos resucitado, les trasmitiste tu Paz y les insuflaste tu Santo Espíritu. Jesús, te pido que siempre que me atenace el temor, pueda sentir tu tranquilizadora Presencia en mi corazón. 

martes, 11 de abril de 2023

LOTERÍA NACIONAL "DÍA DE LA MADRE"

 


Ya está disponible la Lotería Nacional para el sorteo extraordinario del próximo 7 de mayo de 2023. El número con el que jugamos es el 78.655. Unidades limitadas.



Los décimos se pueden adquirir en:
  • Sacristía de la Iglesia de San Sebastián (preguntando por José Pulido)
  • Bambino (C/ Castelar, 13 – Junto a Plaza San Pedro)
  • Detalles Arte Floral (Avda. del Mediterráneo, 89)
  • Tintorería "Las Américas" (Avda. Santa Isabel, 40)

sábado, 1 de abril de 2023

EVANGELIO DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

 MATEO 27, 11-54


C. Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. Jesús respondió:

+ «Tú lo dices».

C. Y, mientras lo acusaban, los sumos sacerdotes y los ancianos no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:

S. «¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?».

C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, dijo Pilato:

S. «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?».

C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia, Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:

S. «No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él».

C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.

El gobernador preguntó:

S. «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?».

C. Ellos dijeron:

S. «A Barrabás».

C. Pilato les preguntó:

S. ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?».

C. Contestaron todos:

S. «Sea crucificado».

C. Pilato insistió:

S. «Pues, ¿qué mal ha hecho?».

C. Pero ellos gritaban más fuerte:

S. «¡Sea crucificado!».

C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo:

S. «¡Soy inocente de esta sangre. Allá vosotros!».

C. Todo el pueblo contestó:

S. «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!».

C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

C. Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!».

C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a llevar su cruz.

Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el rey de los judíos».

Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

C. Los que pasaban, lo injuriaban, y, meneando la cabeza, decían:

S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz».

C. Igualmente los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo:

S. «A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: «Soy Hijo de Dios”».

C. De la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

C. Desde la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra. A la hora nona, Jesús gritó con voz potente:

+ «Elí, Elí, lemá sabaqtaní?».

C. (Es decir:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).

C. Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron:

S. «Está llamando a Elías».

C. Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber.

Los demás decían:

S. «Déjadlo, a ver si viene Elías a salvarlo».

C. Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.

C. Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.

El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:

S. «Verdaderamente este era Hijo de Dios».

SEÑOR, cuando entraste en Jerusalén montado en un humilde burro, la multitud te alabó como si fueras un poderoso líder. Pero después, cuando vieron que las autoridades te acusaban, esa misma multitud te rechazó y pidió que te crucificaran. Jesús, contemplando tu crucifixión, alabo el poder de tu divina humildad.