viernes, 25 de marzo de 2016

Historia del manto procesional de la Virgen de los Dolores de la Cofradía del Santo Sepulcro

SI hay algo que despierta la curiosidad de los no iniciados en la Semana Santa almeriense es la historia de la presencia de palomas bordadas en plata en el manto procesional de la Virgen de Los Dolores de la Hermandad capitalina del Santo Sepulcro. He aquí el porqué: a partir de 1979 se produjo en Almería un renacimiento de la Semana Santa y la pretensión de recuperar el perdido esplendor de los desfiles pasionistas.

             Al ser suprimida en 1975 toda manifestación externa religiosa en la Ciudad de Melilla, decretada por el entonces Obispo de Málaga Ramón Buxarraix Ventura y la casi desaparición de las Hermandades, surgió una oportunidad única para completar y enriquecer el patrimonio procesional almeriense. Tras unas fructíferas gestiones con las cofradías melillenses realizadas Miguel Sagredo y Fulgencio Pérez Dobón,  entusiastas cofrades almerienses entre los que se encontraba Juan Aguilera y Juan Rafael Muñoz,  marcharon a  la Ciudad  norteafricana embarcados en el “Vicente Puchol”  para realizar “comercio sacro” y adquirir  por una simbólica cantidad de 125.000 de las entonces  pesetas reunidas por varias Cofradías, un lote compuesto por cuatro tronos (entre los que se encontraba “la bombonera”, de Prendimiento), imágenes, túnicas, mazas y enseres diversos. El concierto que ofreció Sara Montiel para recaudar esta cantidad fue un sonoro fracaso por la escasa afluencia de público, por lo que para reunir el millón de pesetas que tenía de caché la tonadillera hubo de recurrirse a diversos sorteos.
 
            En un principio el Capitán del barco de la naviera Transmediterránea se negó a transportar todo este material, pero por mediación de la Hermandad de las Angustias y del Padre Linde, Jesuita, no sólo llegó a Almería el preciado cargamento religioso, custodiándose en Las Adoratrices, sino que además el porte fue gratuito.

             Luego, a la vista de las necesidades de cada cual, se procedió al sorteo de los enseres. A la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Balerma, por ejemplo, llegaría La Dolorosa de la Parroquia de San Agustín del Barrio del Real de Melilla y un Nazareno.

            Y un manto de salida acabó en la titular mariana de la Real e Ilustre Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, fundada en 1923, que procesiona en Almería el Viernes Santo. La Dolorosa es obra de Nicolás Prados López en 1945, restaurada por Fernando del Toro Plaza en el año 2000. Luce el manto que perteneciera a la Virgen de los Dolores de Barrio del Real de Melilla (de la Hermandad melillense de la Oración en el Huerto), que a su vez procedía hasta los 40 de la Virgen de la Paloma de Málaga (de ahí la presencia de palomas bordadas en el manto), pieza ejecutada en 1919 por las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad de Málaga para Real, Muy Ilustre, Venerable y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón y María Santísima de la Paloma, y rebordado al actual terciopelo negro  por las Reverendas Madres Esclavas del Santísimo Sacramento en 1962, como nos enseña Rafael Rodríguez Puente.

             Tiene también el manto procesional un impresionante escudo del  Rey Alfonso XIII, de quien esta Hermandad obtuvo el nombre de Real, que obsequió a la Virgen con una corona muy característica que suele llevas en su salida penitencial.

Ginés Valera Escobar
Hermano de la Santa Cena

Publicado en el DIARIO DE ALMERIA 25.03,2016



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