viernes, 25 de marzo de 2016

El Silencio de Almería realizó su Estación de Penitencia con gran sentido de sobriedad y austeridad franciscana

LA Real e Ilustre y Franciscana Cofradía del Silencio, cuando el reloj marcaba las 21: 05 horas del plenilunio de la primaveral, las grandes puertas de la iglesia parroquial de San Agustín, antiguo Convento de los Padres Franciscanos, se abrían de par en par, para dar comienzo el cortejo procesional por antonomasia del SILENCIO de Almería.

Doscientos nazarenos, debidamente revestidos con los atributos penitenciales, las camareras de la Virgen y los costaleros de ambos Pasos de Misterio y Bajo Palio, formaron una corporación cofrade penitencial de carácter ascético para testimoniar ante el Monumento en el Día del Amor Fraterno y tras las institución de la Eucaristía, uno de los momentos cofrades más genuinos del catolicismo popular almeriense. 

Igualmente, como es habitual desde 1979, el Paso de María Santísima del Consuelo fue flanqueado por miembros del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil de Almería, presidiendo la corporación franciscana pasionista el Director Espiritual y cura - párroco de la iglesia de San Agustín revestido de morada capa pluvial.

Una Cofradía, que cada año se espera con la expectación su discurrir camino de la S. y A. Iglesia Catedral de la Encarnación, y que es portadora de los cánones más propios del catolicismo popular, siendo arropada en todo su itinerario por un elevado número de fieles y cofrades, que guardan el mismo silencio que los integrantes del cortejo juraron antes de salir a la calle para divulgar la amorosa iliación divina con Dios Padre y la fraternidad de todo el género humano en torno a la Beatísima Trinidad.

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