sábado, 23 de octubre de 2021

EVANGELIO XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES

MARCOS 10, 46 - 52

Al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «“Rabbuní”, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

SEÑOR, hoy tu Iglesia fija sus ojos y su corazón en esa porción escogida que son los misioneros, en el Domingo Mundial de las Misiones. Los misioneros son la expresión viva y dinámica de cada Iglesia: la de España ha evangelizado toda América desde finales del siglo XV, y continúa su labor pastoral en el que fue Nuevo Mundo. Y fue numerosa y definitiva la presencia de misioneros españoles en Filipinas y en Extremo Oriente. Hoy puede considerarse España como tierra de misión: tu presencia entre nosotros necesita una revitalización que solo tú puedes darnos. Y a quienes siguen su misión en el Tercer Mundo protégelos, aviva cada día su ejemplar espíritu misionero. 

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