sábado, 30 de enero de 2021

EVANGELIO IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

MARCOS 1, 21 - 28

En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!». El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

SEÑOR, ante tu autoridad y tu poder divinos, unos te admiran y otros se escandalizan: estos siempre encuentran un "pero", y es que haces milagros en sábado. Acepta mi decisión de admirar cada día más tu palabra y tus obras. Pero ojalá mi admiración no se quede en un sentimiento vano, sino que me mueva a seguir tus pasos. Tú pasaste por el mundo haciendo el bien. ¿Se puede decir eso de mí hasta hoy? ¡ Cuánto me gustaría que lo dijeras! Por mi parte, quiero intentarlo. 

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