sábado, 13 de noviembre de 2021

EVANGELIO XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 DÍA MUNDIAL DE LOS POBRES

DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

MARCOS 13, 24 - 32

Dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».

SEÑOR, en la Jornada Mundial de los Pobres, celebro que el Papa haya querido destacar lo que tú ponderas en tu Palabra con frecuencia: la gracia de ser pobre, el privilegio de poder ayudar al Pobre. En el Evangelio me hablas de tu segunda venida: será con gran poder y majestad. Y a mí, que me considero amigo tuyo, me alegra tu poder y me conforta tu misericordia. Al final, triunfará la Verdad, el Amor y la Vida, que eres tú, frente a la mentira y la muerte de este mundo y de su príncipe. ¡Tu palabra no pasará!. 

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