sábado, 6 de noviembre de 2021

EVANGELIO XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 MARCOS 12, 38 - 44

Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

SEÑOR, ofreces dos aspectos de la realidad, y te decantas entusiasmado por el segundo. Hablas primero de los escribas: ¡Cuidado con ellos! Son la expresión del egoísmo, de querer sobresalir en el primer lugar por encima de todos... El segundo aspecto, la viuda pobre que solo tenía dos reales y los echó en el cepillo del templo, en honor tuyo. ¿Y yo? ¿Me busco a mí mismo como los escribas, o estoy dispuesto a darlo todo por ti? Necesito mucha generosidad y un alto grado de confianza en ti. Nada me faltaría nunca si me fiara de ti y derrochara generosidad por amor a ti, en quien pongo mi esperanza. 

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