jueves, 14 de marzo de 2019

BENDICIÓN de las imágenes sagradas que completan el paso de Misterio de la Oración en el Huerto de la Universitaria Cofradía de los Estudiantes

En el día de ayer, a las 20 horas en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, comenzó el primer día del Triduo en honor de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto, cotitular de la Real, Ilustre, Concepcionista y Universitaria Cofradía de los Estudiantes, siendo concelebrada la Santa Misa por Monseñor Francisco Ruiz Martínez, capellán de la Brigada de la Legión "Rey Alfonso XIII" y el Consiliario de la Agrupación de Cofradías José María Sánchez García.

Tras la magistral homilía pronunciada por el Teniente Coronel castrense Rvdo. Ruiz Martínez, por parte del canónigo y consiliario de la Hermandad Muy Ilustre Juan Torrecillas Cano, en presencia del Hermano Mayor José Luis Cantón Pavón y las Madres Adoratrices, Madrinas del acto, y los concelebrantes, se procedió con el ritual litúrgico propio, a la bendición sagrada de las nuevas imágenes, que completarán el Paso de Misterio de la Oración en el Huerto, integrado por los apóstoles Pedro, Santiago yJuan en el Getsemaní, obra del imaginero cordobés Manuel Luque Bonillo.

Estuvieron presentes en el acto la Presidenta de la Agrupación de Cofradía Encarnación Molina Hernández y su Junta de Gobierno, así como Hermanos Mayores y representantes de las cofradías almerienses como la Esperanza Macarena, Pasión, Encuentro, Santa Cena, Angustias, El Calvario, Virgen del Mar,....Igualmente, el Presidente de la Asociación contra el Cáncer y del Círculo Mercantil Francisco Balcázar Linares, respresentantes del Colegio de Economístas Francisco Jesús Sierra Capel y del Colegio de Graduados Sociales presidido por Maria Del Mar Ayala Andujar, así como el concejal Miguel Cazorla Garrido.

En los evangelios de San Marcos y San Mateo se describe como les dice el Señor a los apóstoles, “sentaos aquí mientras yo voy a orar”, y el evangelista Lucas dice que “se apartó de ellos como a un tiro de piedra”. Estos dos grupos debían de quedar diferenciados en el paso de misterio, como dos atmósferas diferentes pero a la vez argumentalmente dependientes una de otra: en primer término la soledad agónica del Señor confortado por el ángel, con toda la tensión y carga dramática de la escena, y a unos pasos de ellos, bajo el olivo dormitando, en un clima de reposo, de tranquilidad y de penumbra los tres predilectos del señor, abandonados al sopor, vencidos por el cansancio en un clima totalmente opuesto a la angustia de la escena principal.

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