viernes, 20 de junio de 2014

Un reinado estable, con paz y convivencia



La normalidad con la que España ha atravesado la encrucijada histórica que ha marcado la abdicación de Juan Carlos I y la posterior proclamación de S.M. Felipe VI como sucesor en la Corona es, a mi juicio, la mejor y más irrefutable demostración de la validez y futuro de la fórmula de convivencia constitucional que los españoles nos dimos en 1978. El ejemplar proceso de sucesión en la jefatura del Estado ha sido una prueba más de la solidez de las instituciones españolas y del consenso extendido en torno a la Carta Magna. La secuencia del relevo, sucedida tal y como estaba prevista y determinada por la Ley, ha trasladado al mundo un nuevo ejemplo de serenidad y naturalidad, propios de una nación moderna y en la que los valores de la democracia están firmemente asentados. Tanto es así que a lo largo de estos días hemos asistido a un ejercicio de libertad de expresión de muchos colectivos que no comparten este modelo, pero que es amparado precisamente por el amplio registro de libertades colectivas que posibilita nuestra monarquía parlamentaria. En todo caso, creo que es mayoritario el número de españoles conscientes del valor de la estabilidad y de las garantías que aporta una monarquía que sustenta su raíz en el sistema parlamentario. Lo que sucede es que generalmente gritan más los que menos representan.



A lo largo de estas jornadas históricas, he tenido el honor de poder asistir, representando a todos los almerienses, a los diferentes actos institucionales que han jalonado esta proclamación que marca un hito en la larga historia de España como nación. Pero creo que también es el momento de rendir un sencillo y solemne homenaje de gratitud a la figura de Juan Carlos I como artífice de la transición de nuestro país hacia la democracia y por su inmensa labor de dedicación y servicio a la causa común de España y los españoles. Mirando al futuro, es momento de desear, siguiendo la fórmula tradicional, no sólo una larga vida al Rey, sino también un reinado de consenso, amplitud de miras y progreso para todas las comunidades de España. Para ello contamos con la seguridad de contar con una figura que, además de los valores simbólicos y dinásticos que representa, cuenta con una sólida formación intelectual y política que ha venido demostrando ejemplarmente en compañía de la ahora Reina Letizia a lo largo de sus años como Príncipes de Asturias. Respetado y apreciado internacionalmente, estoy seguro de que Felipe VI, igual que su padre Juan Carlos I, seguirá proyectando y agrandando el nombre de España allá donde los intereses de nuestro país demanden una representación institucional de primer orden.


Dese hoy mismo, Felipe VI reina sobre un escenario común marcado por importantes asuntos pendientes que exigen de los diferentes partidos políticos una respuesta seria y adecuada, como el debate territorial y el permanente chantaje nacionalista, la creación de empleo o la lucha contra la corrupción en todos sus ámbitos. Retos de futuro que demandan una actuación sosegada y prudente de nuestro Jefe de Estado al que, en nombre de todos los almerienses, quiero desear un largo y estable reinado, coronado por la paz y la convivencia en toda España.


Luis Rogelio Rodríguez Comendador Pérez

Alcalde de Almería



http://ift.tt/1qxJO7W

No hay comentarios.:

Publicar un comentario