sábado, 9 de septiembre de 2023

EVANGELIO XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 MATEO 16, 21 - 27

Comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios». Entonces dijo a los discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?. Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

SEÑOR, el maligno había introducido en el corazón de san Pedro el rechazo a tu camino de la Cruz, porque no correspondía con sus propios intereses. Pero rápidamente le corregiste y, pasado el tiempo, el propio san Pedro también acabó muriendo clavado a una cruz. Jesús, ayúdame a superar mi egoísmo. 

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