sábado, 15 de octubre de 2022

EVANGELIO XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

LUCAS 18, 1 - 8

Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario»; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: «Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara». Y el Señor respondió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche? ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

SEÑOR, aunque sé que, antes o después, me ayudas a resolver mis entuertos, reconozco que a veces pierdo la esperanza en Ti. Porque me gustaría que las cosas se hicieran cuando yo quiero y como yo quiero. Jesús, dame sabiduría para entender tu forma de actuar, y mucha paciencia. 

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