sábado, 25 de mayo de 2019

EVANGELIO VI DOMINGO DE PASCUA

PASCUA DEL ENFERMO

JUAN 14, 23-29

Dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy: no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis».


JESUCRISTO, anuncias tu partida y prometes enviar tu Espíritu, el Defensor, el que me aclarará tantas cosas que, aunque las entienda con la mente, no siempre las acepto con el corazón. Lo que sí entiendo con la fe, y acepto con toda mi alma agradecida, es que hayas decidido venir a mí para hacer tu morada en mí. Es lo más grande que me puede ocurrir: ser templo de la Santísima Trinidad. Con esta maravillosa compañía, que adelanta la vida eterna, me será posible cada día aumentar mi fe. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario