Estamos en estas fechas invernarles con fragancias primaverales, en capítulo ante la llegada de la Cuaresma, y tras este periodo de penitencia y conversión, la Semana Santa, notándose de forma cualitativa y cuantitativa, los preparativos que conlleva la organización funcional y organizacional de llevar a puro y debido efecto los actos y cultos de las Hermandades y Cofradía penitenciales con gran rigor eclesial.
Suponen estas fechas, un enorme esfuerzo personal y material, de forma altruista, de los cofrades - hermanos - nazarenos, costaleros, mantillas... -, para poner en escena la litúrgica procesional de los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús Nazareno y de Su Madre, María Santísima en sus Misterios Dolorosos y Ánimas benditas del purgatorio.
Ensayos con los pasos, preparación espiritual, retoques en los enseres procesionales, etcétera, incluso cultos que se adelantan al tradicional Miércoles de Ceniza, como el celebrado en el día de ayer, sábado; el XXVI Pregón de la Real, Ilustre y Sacramental Cofradía del Prendimiento, que por motivos nada ilustrados de carácter clerical de tirilla roja, se celebró con gran respeto pastoral, como es habitual en nuestro catolicismo popular almeriense, en el Convento de Clausura de las Madres Clarisas, pronunciado con gran don de palabra y carisma, por el Director Musical de la Agrupación Nuestro Padre Jesús de Pasión de Linares, José Luis López Hernández, quien realizó una sentida y profunda exhortación literaria, entre la nostalgia sentimental de los recuerdos y vivencias con esta Hermandad penitencial en concurrencia y simbiosis con las notas y compases de la música procesional de esta magistral Agrupación musical, que acompaña al Misterio del Prendimiento el Miércoles Santo.
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